martes, 19 de mayo de 2015

Amistad




“Construía Sócrates una pequeña casa, 
en las afueras de Atenas,
 cuando algunas personas le preguntaron
 para que serviría esa minúscula habitación. 

Él contestó que era para sus amigos. 

Admirados le replicaron 
que ahí no cabría casi nadie 
y entonces, con su ya tradicional y fina ironía respondió: 

¡Qué diera yo por poder llenarla! 




Los amigos son así.

 Los puedes contar con los dedos de la mano
 y siempre te sobrarán dedos.
 Por eso, tal vez no tengas muchos,
 pero los que tienes siempre serán suficientes 
para llenar tu alma.”





Un vino nace esencialmente para ser compartido.
De lo contrario, al abrirse y no terminarlo,
deja de ser el vino que fue, en el refrigerador.
¡Así que a compartir con los amigos!
¡SALUD!








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